En relación con el apartado anterior, los adverbios (o las locuciones adverbiales, como, por ejemplo, a lo mejor, muy utilizada en español) que expresan duda no se refieren al significado del verbo sino que expresan precisamente las dudas de la persona que habla. Por ello, su valor se extiende a todo el enunciado. Con frecuencia estos adverbios se sitúan antes del verbo o, incluso, al inicio del enunciado.

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Los viajes se disfrutan pensándolos y realizándolos, aunque el mayor placer quizás resida en contarlos. La Nueva España, España

No le digas eso, que
igual se vuelve creído, no lo alabes tanto. Mundo Deportivo, España

Los montículos y los geoglifos lineales en el valle Chincha, en el sur de Perú,
probablemente se usaron para marcar el solsticio de verano.
La República, Perú

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Algunos de estos adverbios presentan algunas particularidades. Por ejemplo, quizá se puede usar con una ese añadida: quizás (y no significa que sea plural)... O el adverbio seguramente, que a pesar de su formación a partir del adjetivo seguro/a, tiene el significado de probablemente. En otros casos (como sucede con igual en el ejemplo anterior), alguna combinación puede concentrar muchos usos y significados. Eso sucede con la locución adverbial lo mismo, que como puedes comprobar tiene el significado de quizá o a lo mejor (en enunciados informales) en los siguientes ejemplos:

Si tengo suerte, lo mismo apruebo el examen.
Lo mismo viene que no viene, Ricardo es imprevisible.

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Existen muchas expresiones fijas en español que incluyen uno o más adverbios. Su aparición responde precisamente a esos usos como fórmulas, de manera que en estos casos su uso puede no coincidir con los contenidos que hemos presentado en esta unidad.

Así sucede, por ejemplo, con algunas formas de despedida en las cartas formales
(Atentamente / Cordialmente / Afectuosamente); así, así, con el significado de regular, no muy bien, cuando nos preguntan por nuestro estado de salud o por cómo nos ha ido un examen, entre otras situaciones; allá tú (u otros pronombres sujeto de segunda o tercera persona), para indicar que no nos sentimos satisfechos con la acción que ha decidido hacer otra persona; de aquí te espero, usada como adjetivo para expresar que una acción –negativa– tiene grandes proporciones (el jefe me echó una bronca de aquí te espero); no estar / andar muy allá (para expresar que alguien no se encuentra bien o está un poco loco/a); vete por ahí (pronunciado [áy], como hemos visto en el apartado correspondiente de esta unidad), para cerrar la conversación con una persona que nos molesta; ir de aquí para allá, sin saber adónde; así que..., utilizada para retomar un tema en una conversación o para reanudarla, o para anunciar una conclusión; así como, para incluir un elemento más en una enumeración; etc.

Las locuciones adverbiales (en especial, muy numerosas, las de modo, debido a los contenidos metafóricos que hemos citado) también se articulan en muchos casos como fórmulas fijas y cerradas. Ejemplos de esas expresiones pueden ser:
en un periquete / en un santiamén / en un pispás / en un abrir y cerrar de ojos (muy rápidamente), de sopetón (inesperadamente), cuanto antes (inmediatamente), más bien (que, atención, no significa mejor, sino preferiblemente, preferentemente, más exactamente...

En ese momento mi cara debía [de] ser un poema, o más bien un cuadro al más puro estilo 'El Grito' de Munch. El Correo, España

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