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Los adjetivos calificativos acompañan a los sustantivos para describirlos, dar más información sobre ellos. De este modo podemos:

- ser más precisos en el significado:

- ofrecer nuestra opinión:

un día nuboso / un chico rubio

un día horrible / un chico antipático

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un animal extraño
un elefante moderno
una jirafa disfrazada
una mezcla rara

Los adjetivos concuerdan en género y número con los sustantivos a los que acompañan en todos los casos:

- adjetivos que tienen el masculino en –
o y el femenino en –a (rico / rica, chileno / chilena);

- los que forman el masculino en –
dor y el femenino en –a (trabajador / trabajadora);

- los que terminan en consonante en masculino y en –
a en femenino (andaluz / andaluza; irlandés / irlandesa);

- y los que son invariables, es decir, que tienen la misma forma para el masculino o el femenino: terminados en vocal, menos en –
o (hipócrita, anarquista, pesimista, belga / triste, interesante, amable, cretense / carmesí, iraquí, cursi / zulú, hindú) o en consonante (anual, joven, peculiar, gris, feliz).

La formación del plural de los adjetivos sigue el mismo procedimiento que el empleado para los sustantivos.


EJERCICIO UNO

Completa esta historia con los adjetivos necesarios (puede haber más de una opción) de acuerdo con las definiciones que te ofrecemos. Presta atención a la concordancia.

Aquella mañana (0) fría / helada (TRES GRADOS BAJO CERO) de invierno, Anselmo se levantó, como todos los días, a las 6:26 y algunos segundos. Todas sus acciones de la mañana estaban perfectamente (1) (HACER OPERACIONES CON NÚMEROS) porque a esas horas no podía pensar nada: su mente estaba totalmente (2) (SIN ACCIÓN). Y Anselmo era un hombre muy (3) (SIEMPRE LLEGA A LA HORA), llegaba a su oficina a las 8 en punto, ni un minuto antes ni un minuto después, ni un segundo antes, ni un segundo después. Así, desde hacía diez años...; bueno, diez años dos meses y dieciséis días.

Sin embargo, aquel día Anselmo no recordó que era un día (4)
(LOS DÍAS QUE NO HAY QUE IR A TRABAJAR) en su ciudad. De hecho, la noche (5) (LO CONTRARIO DE POSTERIOR) olvidó cambiar la hora del despertador. Se levantó y se preparó un café (6) (CON MUCHO CAFÉ), añadió un poquito de leche (7) (SIN GRASA) y, después de tomarlo, se duchó con agua (8) (TEMPERATURA MEDIA). Con tu traje perfectamente (9) (SIN ARRUGAS), se dirigió a la parada del autobús: pasaba a las 7:03... y pocos segundos.

Pero a las siete y tres no llegó el autobús, ni tampoco a las siete y cinco ni tampoco a y cuarto. Anselmo estaba (10)
(¿CÓMO CREES QUE ESTABA?): era la primera vez en su vida que iba a llegar tarde a la oficina. La frecuencia de los autobuses los días (11) (LOS DÍAS QUE NO HAY QUE IR A TRABAJAR) era (12) (NO IGUAL), pero Anselmo no recordaba eso.

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Finalmente, a las 7:53 (y algunos segundos), apareció el autobús... No era su autobús, el autobús de todos los días, con su conductor de grandes bigotes y gafas, y (13) (NO HABLA CON NADIE)... Las puertas (14) (NO LAS DE ATRÁS) se abrieron. El autobús iba (15) (SIN GENTE). La conductora dijo con voz (16) (CON AZÚCAR), “buenos días, caballero”: ojos (17) (COMO EL CIELO), una coleta (18) (COMO EL ORO) y una sonrisa (19) (¿CÓMO CREES QUE ERA LA SONRISA?)... Anselmo se quedó (20) (SIN MOVIMIENTO) durante unos segundos y subió al autobús.

Desde aquel día, Anselmo llega todos los días tarde a la oficina: exactamente 50 minutos (y algunos segundos). Nadie sabe por qué...

PARA APRENDER MÁS...

Repasa tu vocabulario a partir de las definiciones. Observa que hay algunos adjetivos que se forman claramente a partir de verbos; calculadas (1), planchado (9), parado (20). En el próximo apartado, estudiaremos ese tipo de adjetivos: los participios.

Aquella mañana (0) fría / helada (TRES GRADOS BAJO CERO) de invierno, Anselmo se levantó, como todos los días, a las 6:26 y algunos segundos. Todas sus acciones de la mañana estaban perfectamente (1) calculadas / medidas (HACER OPERACIONES CON NÚMEROS) porque a esas horas no podía pensar nada: su mente estaba totalmente (2) inactiva (SIN ACCIÓN). Y Anselmo era un hombre muy (3) puntual (SIEMPRE LLEGA A LA HORA), llegaba a su oficina a las 8 en punto, ni un minuto antes ni un minuto después, ni un segundo antes, ni un segundo después. Así, desde hacía diez años...; bueno, diez años dos meses y dieciséis días.

Sin embargo, aquel día Anselmo no recordó que era un día (4)
festivo / no laborable / feriado (LOS DÍAS QUE NO HAY QUE IR A TRABAJAR) en su ciudad. De hecho, la noche (5) anterior / previa (LO CONTRARIO DE POSTERIOR) olvidó cambiar la hora del despertador. Se levantó y se preparó un café (6) fuerte / cargado / doble (CON MUCHO CAFÉ), añadió un poquito de leche (7) descremada / desnatada / ligera (SIN GRASA) y, después de tomarlo, se duchó con agua (8) tibia / templada (TEMPERATURA MEDIA). Con tu traje perfectamente (9) planchado / liso (SIN ARRUGAS), se dirigió a la parada del autobús: pasaba a las 7:03... y pocos segundos.

Pero a las siete y tres no llegó el autobús, ni tampoco a las siete y cinco ni tampoco a y cuarto. Anselmo estaba (10)
nervioso / preocupado / histérico (¿CÓMO CREES QUE ESTABA?): era la primera vez en su vida que iba a llegar tarde a la oficina. La frecuencia de los autobuses los días (11) festivos / no laborables / feriados (LOS DÍAS QUE NO HAY QUE IR A TRABAJAR) era (12) distinta / diferente (NO IGUAL), pero Anselmo no recordaba eso.

Finalmente, a las 7:53 (y algunos segundos), apareció el autobús... No era su autobús, el autobús de todos los días, con su conductor de grandes bigotes y gafas, y (13) callado / silencioso / introvertido (NO HABLA CON NADIE)... Las puertas (14) delanteras (NO LAS DE ATRÁS) se abrieron. El autobús iba (15) vacío (SIN GENTE). La conductora dijo con voz (16) dulce (CON AZÚCAR), “buenos días, caballero”: ojos (17) azules (COMO EL CIELO), una coleta (18) rubia (COMO EL ORO) y una sonrisa (19) encantadora / maravillosa / fascinante / hipnotizadora (¿CÓMO CREES QUE ERA LA SONRISA?)... Anselmo se quedó (20) quieto / parado / inmóvil (SIN MOVIMIENTO) durante unos segundos y subió al autobús.

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Desde aquel día, Anselmo llega todos los días tarde a la oficina: exactamente 50 minutos (y algunos segundos). Nadie sabe por qué...

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