Observa que si “quitas” las oraciones de relativo (en letra cursiva), puedes entender bien el enunciado y, más importante, puedes saber de qué persona / cosa hablan... (compara con el ejercicio 1, en la sección anterior: es diferente).
En estos casos, las oraciones de relativo no distinguen, no señalan, no especifican una cosa o una persona entre otras cosas o personas, porque ya está identificada (no expreso que tengo un padre de 63 años y otro padre de 58, o que hay más de una luna y todas tienen tamaños diferentes).
En estos casos estas oraciones de relativo explican, describen una característica, una información.
Para expresar que estamos ofreciendo una explicación (y no una diferenciación) ponemos comas al principio y al final de la oración de relativo. Cuando hablamos, hacemos unas pausas, pero sobre todo pronunciamos la oración de relativo con un tono más bajo.