EJERCICIO UNO

A continuación puedes leer unos fragmentos del primer capítulo de Cien años de soledad (1967), del novelista colombiano Gabriel García Márquez. Completa el texto con los pronombres de relativo adecuados, con o sin preposición y con o sin artículo. Igualmente decide si tienes que incluir o no comas (hemos quitado las comas en esos contextos), al principio y al final de la oración de relativo.

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota (1) su padre lo llevó a conocer el hielo.

Un gitano corpulento
(2) se presentó con el nombre de Melquíades hizo una demostración pública (3) él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia.

José Arcadio Buendía
(4) desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza y aun más allá del milagro y la magia pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades (5) era un hombre honrado le previno: "Para eso no sirve."

(6) logró desenterrar fue una armadura del siglo xv con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido (7) interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras.

En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor
(8) exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Ámsterdam.

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José Arcadio Buendía (9) aún no acababa de consolarse por (10) había pasado concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra. Melquíades, otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial (11) quería pagar la lupa. Úrsula lloró de consternación. Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro (12) su padre había acumulado en toda una vida de privaciones, y (13) ella había enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasión para invertirlas.

José Arcadio Buendía pagó los treinta reales y los condujo hasta el centro de la carpa
(14) había un gigante de torso peludo y cabeza rapada, con un anillo de cobre en la nariz y una pesada cadena de hierro en el tobillo, custodiando un cofre de pirata. Al ser destapado por el gigante, el cofre dejó escapar un aliento glacial. Dentro sólo había un enorme bloque transparente, con infinitas agujas internas (15) se despedazaba en estrellas de colores la claridad del crepúsculo. Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata, José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar:

— Es el diamante más grande del mundo.

— No —corrigió el gitano—. Es hielo.

Gabriel García Márquez:
Cien años de soledad. Editorial Cátedra (TEXTO ADAPTADO)

PARA APRENDER MÁS...

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que / en la que / cuando (1) su padre lo llevó a conocer el hielo.

Un gitano corpulento
> , < que / quien (2) se presentó con el nombre de Melquíades > , < hizo una demostración pública de lo que (3) él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia.
En el ejercicio 2 hemos puesto comas (hasta Melquíades) para indicar que es una información explicativa, pero también puede presentarse como una oración especificativa si pensamos que hay más de un gitano corpulento...

José Arcadio Buendía
> , < cuya (4) desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza y aun más allá del milagro y la magia > , < pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades > , < que (5) era un hombre honrado > , < le previno: "Para eso no sirve."

Lo que (6) logró desenterrar fue una armadura del siglo xv con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido cuyo (7) interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras.

En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor
> , < que (8) exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Ámsterdam.

José Arcadio Buendía
> , < que / quien (9) aún no acababa de consolarse por lo que (10) había pasado > , < concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra. Melquíades, otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial con los que / con lo que (11) quería pagar la lupa. Úrsula lloró de consternación. Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que (12) su padre había acumulado en toda una vida de privaciones, y que (13) ella había enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasión para invertirlas.

José Arcadio Buendía pagó los treinta reales y los condujo hasta el centro de la carpa
en la que / donde (14) había un gigante de torso peludo y cabeza rapada, con un anillo de cobre en la nariz y una pesada cadena de hierro en el tobillo, custodiando un cofre de pirata. Al ser destapado por el gigante, el cofre dejó escapar un aliento glacial. Dentro sólo había un enorme bloque transparente, con infinitas agujas internas en el que / donde (15) se despedazaba en estrellas de colores la claridad del crepúsculo. Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata, José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar:

— Es el diamante más grande del mundo.

— No —corrigió el gitano—. Es hielo.

Gabriel García Márquez:
Cien años de soledad. Editorial Cátedra (TEXTO ADAPTADO)

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